"EL RAPTO DE EUROPA"
Aunque, como veréis, la página está casi cerrada por vacaciones porque en el lugar donde paso el tiempo de verano no hay acceso, por suerte o por desgracia, al Internet ni a otras muchas modernidades y porque el ordenador que allí tengo está más que obsoleto, obsoletísimo (como algunos de nuestros políticos), y porque hoy pasaba por aquí, me he decidido a colgar este articulillo que mi viejo ordenador, el de allá, me ha jugado la mala pasada de tenerlo que reescribir, pues el diskete en el que lo traía se ha estropeado y no me da opción de copiarlo, imprimirlo, ni nada que se le parezca (otros relatos y cosas de más enjundia, se quedarán para más adelante por igual motivo). Bien, en ese artículo perfectamente estructurado que ya tenía escrito, y que ahora soy incapaz de reproducir, quería dejar sobre nuestras conciencias la actuación de nuestro viejo continente en dos hechos puntuales y que a mí me llaman poderosamente la atención y me llenan de tristeza. ![]() ¿Dónde está la Europa del acogimiento, la solidaria, la del asilo, la libertadora, la de la liberté, egalité y fraternité? ¿Dónde está la Europa que esquilmó al continente africano y lo dejó en manos de sus habitantes más corruptos, y ahora se olvida de sus habitantes más necesitados? ¿Dónde está la Europa que predica y predica pero que da tan poco trigo, y si lo da siempre lo hace si a cambio recoge algo más sustancioso? ¿Tendrán que convertirse los africanitos en futbolistas compañeros de Barthez y algún que otro blanco más para conseguir un subcampeonato del mundo y entonces ser reconocidos? Creo saber dónde está esa Europa. Europa ha sido raptada de nuevo, en esta ocasión por el falso Zeus americano que al igual que el de la mitología griega la ha seducido y violado, la ha llevado a lomos de sus caprichos y veleidades y después de poseerla también le ha hecho tres regalos al igual que el mitológico: el autómata, el perro que no suelta presa y la jabalina que nunca yerra, todos ellos fundidos en uno con cabezas varias en forma de políticos sumisos que besan el suelo por donde pisa la bota del yanqui y que ahora están oliéndole su trasero mientras dan el visto bueno a la ignominia que los israelíes están llevando a cabo con los pueblos libanés y palestino. Y éste era el segundo hecho puntual sobre el que quería decir algo. Pero, pienso, que con su sola mención es suficiente. Teodoro R. Martín de Molina. Julio-2006
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